domingo, 26 de junio de 2011

Caótica utopia.

Aficionada a los pequeños placeres busca compañero de risas, de tardes sin planear y de domingos por la mañana. Como recompensa obtedrá la gran satisfacción de volver a la infancia y teletransportarse a mundos aún por descubrir. Pase sin llamar.

Fuck off.

Se había recogido el pelo antes de salir de casa. Mientras intentaba abrir el paraguas, pensaba en -quizá- recogerse también el corazón, colocarlo en un lugar donde no pudiera mojarse. Que ya estaba muy mojado, demasiado. Ya pesaba, aquel peso había ido haciendo hueco entre sus cosas. Los libros que le había regalado, la maleta que había utilizado durante sus viajes, la bufanda que durante el invierno se solía poner e incluso los zapatos que usaba los sábados. Su amor (hacia él) no había sido infinito. Lo cierto es que, simplemente, no era amor.

Extintor de incendios.

En esta ocasión, como siempre vengo tras un largo tiempo. No es que pierda el interés en mi "cruzada personal". La vida es demandante, e incluso he perdido el amor por las letras... O al menos, no lo siento tan arraigado como antaño pero no voy a dar razones, sólo quiero escribir.
La verdad, hoy ha sido un día gris, algo parecido a la falta de calma y riqueza de sombras, un día como otros muchos que todos tenemos y procuramos no recordar. No sé, me supongo que hacía tiempo que este sentimiento estaba enterrado entre muchos otros, bajo capas y capas de problemas, responsabilidades, falta de mimos y falta de sueños. Hoy me siento un poco más desgastada que antes. Pero es una de esas veces, donde no puedes sacudirte el abrazo de la melancolía, y vienes a desahogarte solo porque te ahogas con tu nudo y tus dolores, ya no puedes más, auqnue sepas que no estás del todo sola y sin embargo sientas que sí.