sábado, 12 de noviembre de 2011

Malacostumbrarse.

-¿Me abrazas?
-Claro que sí, ¿pero no sería mejor que yo te abrazara por sorpresa?
-Lo necesito ahora, lo que importa de un abrazo no es si es sorpresa o si lo ves venir. Abrázame.
-Te abrazo.
-Siempre me ha gustado apoyar la mejilla derecha en alguien, y agarrarme fuerte.
-No sería capaz de soltarte.
-¿Te das cuenta de que estamos en medio de la calle, abrazados y rodeados de multitud de transeúntes que nos observan?
-Me encanta, consiguen que me apetezca más cerrar los ojos y apoyar la mejilla derecha en tu hombro.
-¿Un mal día?
-Sí, algo así. Un mal día sin ti.

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